Hoy día, cuando vivimos un momento histórico de muchos cambios y transiciones, pandemia y crisis a todo nivel, no es extraño ver como se desestabilizan las relaciones familiares. Se originan rupturas dolorosas, familias enfermas o familias con islas.
Dentro y fuera del hogar pueden producirse varios eventos frustrantes que produce en la familia una alteración en su estructura y equilibrio físico, fisiológico y psicológico.
Sabemos que el estrés es la respuesta que tenemos ante una un evento o situación que nos sobrepasa, y que podemos manejar de manera positiva o negativa.
El estrés en las relaciones familiares
De manera positiva, podemos ver el estrés como la respuesta espontanea que ejercemos ante un evento que requiere una combinación de buena actitud y gran esfuerzo para resolverlo. En este sentido el estrés activa una respuesta biológica natural que prepara el cuerpo para adaptarse.
Estoy de acuerdo con la noción de que el estrés pasa a ser “un mecanismo que aumenta la capacidad de autopercepción positiva y de competencia, y por consiguiente de la autoestima” https://www.uma.es/media/files/talleres. Las personas asumen el reto que se les presenta, no solo se adaptan, sino que también son capaces de generar nuevas respuestas (resiliencia).
Pero qué sucede cuando no es así? Cuando las obligaciones y preocupaciones nos desbordan?. Y más allá de sentirnos con gran competencia disminuye la confianza en nosotros mismos?. Cuando tantas preocupaciones deterioran mi comunicación y trato familiar?
El estrés en si no es perjudicial ni patológico, pero puede serlo, repercutiendo en la salud y estado emocional de cada persona, llevando a fuertes tensiones dentro del hogar.
¿Qué hacer cuándo se salen de control las relaciones familiares por exceso de estrés?
Recupere el Sentido de Familia
En las relaciones familiares, lo primero es entender que es una situación de todos y no solo de los demás o de usted solo. Siéntase parte del grupo, del problema y de la solución. Así podrá recuperar el sentido de pertenencia, sentirse parte del todo y valorar el sentido de familia. En lugar de plantearse lo que deberían hacer los demás, o culpar al otro, pregúntese “¿qué puedo hacer yo para que esta situación sea más llevadera o solucionarla?
Recupere el Sentido Individual dentro del hogar
Es importante que se dé permiso para estar solo(a) con usted mismo(a), un tiempo para reflexionar. Orar, respirar, meditar, ejercitarse, caminar o para hacer alguna otra actividad que le permita conectarse con usted mismo, con su ser superior y con su ser interior. Esto le permitirá renovarse.
Puede tomarse varios minutos al día (todos los días), o escoger algún día de la semana para hacer estas prácticas. Haga de esto un hábito. Le aseguro que tomando más tiempo para usted, liberará las presiones, tendrá mayor oxigenación en su cerebro, descargará más hormonas de la felicidad y el ánimo. Estará más descansado(a), activo(a) y dispuesto(a) para los demás. Acepte que cada miembro de su familia, necesita ese mismo espacio individual.
Escuche
En la práctica he podido constatar como la mayor parte del tiempo, nos persigue la idea de que pensamos y decimos lo acertado, lo verdadero o inteligente, y pues no…. A veces no tenemos la razón. Se nos dificulta verlo, por el Ego. Esto nos lleva a discusiones interminables, también a situaciones donde finalizamos una discusión cediendo “por conveniencia”, para “no pelear más”.
En ese caso te recomiendo ESCUCHAR. La razón del otro tiene su lugar y su verdad en ese momento. Es lo que llamamos verdades subjetivas.
Es muy sencillo. Permanece en silencio, deja que el otro se exprese libremente, mientras lo mira y escuchas. Es posible que por la costumbre, esa persona espere que lo interrumpas, pero sigue escuchando. Cuando sientas ganas de interrumpir para defender tu idea, para expresar tu falta de acuerdo, RESPIRA PROFUNDO… y continúa escuchando. Luego expresa tu verdad de una manera clara. Si sientes mucha rabia o molestia, no es el momento para hablar: “En tiempo de lluvia, no hagas mudanza”.
Deja caer la moneda
“Quiero que dejes caer la moneda”. Esta es una técnica que me encanta: ponga una moneda en cada una de sus manos, aprete el puño e intente hacer sus actividades cotidianas con los puños cerrados y apretados. Cuénteme cómo se siente? Logró hacer algo? Qué pudo y qué no? Esta es una técnica que le permite experimentar lo difícil que es concentrarse en sus actividades cotidianas y disfrutarlas, mientras se aferra con fuerza a algo/o alguien.
Así sucede con nuestras mentes cuando acumulamos resentimientos, preocupaciones, angustias. No son otra cosa que volver a sentir o pensar, continuamente, lo que no nos hace feliz, y con ello perpetuar el sufrir. A veces nos aferramos a cosas del pasado (como aferrarse a la moneda) con una vehemencia impresionante, siendo muy difícil vivir aquí y ahora.
SUELTE, DEJE CAER LA MONEDA, NO SE AFERRE, ACEPTE Y DESPRENDASE DE TODO LO QUE NO LE DEJA ACTUAR Y SER FELIZ. Ofrezca disculpas o disculpe si es necesario, así también deja caer su moneda.
Negocie y busque información
Cuando todos participan en los acuerdos y toma de decisiones familiares, la energía que se respira dentro del hogar es mucho más llevadera, armónica y pacifica. Ese debe ser la meta familiar a la hora de desacuerdos y desencuentros. Negociar. La definición por excelencia en el diccionario es: “tratar un asunto para llegar a un acuerdo o solución”.
¿Qué se necesita? Ganas de solucionar un problema. Lo demás requiere una dosis de buenas intenciones y escucha activa hacia el otro. Paciencia para luego exponer su punto con claridad. Chequear interpretaciones, participar y tomar en cuenta lo valioso de cada aporte.
La confianza en uno mismo es fundamental, así como tener en cuenta las características del otro. Si tenemos una actitud pesimista la batalla está perdida. La idea es tener la disposición de buscar una solución que sea de beneficio para todos los integrantes. GANAR – GANAR.
Primero que nada venza sus pensamientos derrotistas, que las cosas pueden ir mal, que nunca pueden llegar a acuerdos, que siempre es un problema hablar. Sea optimista, siempre piense lo mejor, haga de esta práctica un hábito: pensar en el bien.
Tiene que ver al otro como un socio y no como un adversario, esto crea más espacio de comunicación asertiva. El que no hablaba, hablara, porque se creara el espacio. Esto da sentido de Equipo en la familia, traerá más confianza entre todos a la hora de llegar a acuerdos. Se sentirá parte de un todo, no se vale delegar (que otro decida por usted) ni los monólogos. Que cada uno tenga su oportunidad de expresarse.
Busque información, puede ser de gran ayuda a la hora de negociar.
Tenga autocontrol para escuchar, tómese el tiempo para hacerlo. A las personas nos encanta ser escuchadas. Solicite respetuosamente ser escuchado(a).
Al final, considere que los pequeños, medianos o grandes acuerdos se traducen en importantes victorias. Nunca subestime el resultado de la negociación.
Agradezca
De gracias, ore en familia, es importante, sentirá la fortaleza en el hogar. Sentir que se nos ha dado la gracia de estar unidos, de estar juntos, de acompañarnos. Si hay algún enfermo agradezca poder brindarle la compañía y la contención. Transmita el apoyo y el amor. Además de lo instrumental médico, el mejor tratamiento es el afecto en unión. Esto es lo que hace especial a la familia, el no sentirnos solo o desolados.
La familia fortalece el sistema inmunológico, a través de dosis profundas de abrazos, de infusiones de amor, caricias, y caldos de miradas. No esté solo, si es así busque a su familia. No hay mayor necesidad que la de esos seres con los que crecimos. Si piensa que sufrió y no cuenta con ellos, intente acercarse y perdóneles, puede sorprenderse gratamente. De igual forma puede ir con una figura de apego importante, a veces la familia, no solo es consanguínea.
Busque apoyo para sus relaciones familiares
La familia no solo representa la célula fundamental de la sociedad, donde aprendes principios, valores y se forman los primeros vínculos de afecto y socialización. La Familia también representa y ejerce en la vida de cada ser humano, una especie de fuerza que empodera, edifica, transforma, nutre, libera y SANA. Esto es así, cuando cultivamos el amor en familia, cuando alimentamos el trato con buenas acciones, con reconocimiento de errores, con disculpas a tiempo.
El encuentro con tus seres queridos se convierte en un espacio catártico, surte un efecto sanador importante, gratuito, inagotable. No tienes que dar muchas vueltas cuando te sientas triste, solo o ansioso. Apóyate en la familia, descubre su poder sanador, demuestra tu amor.
A lo mejor esperas que te miren, que te digan cuanto te aman, lo importante que eres en su vida; pero te invito a no esperar. Diles tu cuanto los amas, cuán importantes son en tu vida, míralos. Veras un brillo en su mirada…y en la tuya.
Haga actividades junto a su familia.
Usted ama a su familia y sabe su poder sanador. Cultive el amor, y aproveche el espacio junto para realizar distintas actividades. Desde los deberes como: asear las habitaciones, tender las camas y cocinar juntos, hasta las más recreativas como jugar, cantar, bailar, entre otros.
Hay un sinfín de juegos y actividades que puede realizar junto a su pareja e hijos. Particularmente en casa, nos encanta repetir películas ya vistas, mientras comemos sobre la cama. Nos encanta comentarla, interpretando hasta el más mínimo detalle. Se convirtió en nuestro hobbie grupal… y nos encanta, y nos libera.
A modo de conclusión (Relaciones familiares)
La estabilidad de la familia puede verse amenazada por el exceso de estrés que vivimos estos últimos tiempos. La cuarentena, el “aislamiento social” que nos trajo la pandemia, la crisis socioeconómica, entre otros, ha desatado conflictos profundos trayendo consigo rupturas familiares dolorosas, pero también es cierto que ha unido a otras donde cada miembro era anteriormente una isla.
Dependerá de nosotros como usamos ese estrés, si permitimos que afecte nuestro equilibrio familiar, o si aprovechamos los estresores para fortalecer el sentido de familia, ser nosotros mismo renovándonos diariamente. Aprender a escuchar y negociar, agradecer y apoyarnos en ella como un oasis de libertad para Ser, decir nuestras verdades y disculpas a tiempo. Desplegar el amor, la comprensión y la serenidad que tanto nos hace falta en estos tiempos difíciles.
Solo Dios y la familia pueden ser capaces de ofrecernos el equilibrio y apoyo que necesitamos en buenos y malos tiempos, para nuestra salud emocional y salud física. El sistema inmunológico se refuerza también de la compañía, la confianza, la paz, el afecto, está científicamente demostrado. Los miedos no tienen cabida. Dale a tu familia el valor y el lugar que merece, no la subestimas nunca, cuídala, disfrútala, vívela, bendícela. No estás solo!
Psicóloga clínica, psicoterapeuta, asesor familiar. Más de 20 años de experiencia en el trabajo con niños, niñas, adolescentes, adultos y relaciones familiares.
Si requiere una consulta personal en esta área o similar, puede contactarme al siguiente correo: cedifa3@gmail.com.
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Excelente
Gracias! Bendiciones!
Maraviloso Articulo de Bendicion
Gracias!. Bendiciones!