Dar un buen ejemplo es la mejor guía del pensamiento y la conducta

Dar un buen ejemplo implica comprender previamente lo que es la congruencia. Podemos definirla como la relación directa entre lo que decimos y lo que hacemos. En la mayoría de las ocasiones todo lo que profesamos va a ser aceptado o rechazado por nuestras acciones.

No debemos subestimar la capacidad de los niños para hacer tal asociación. Por lo que es imperiosamente necesario que todas las personas involucradas en su aprendizaje trabajemos en ser ejemplo de las enseñanzas.

El ejemplo correcto como guía

No podemos negar la influencia del contenido que encontramos en las redes sociales, aunque una parte de aquellos que lo generan o lo apoyan lo nieguen. El mayor argumento a nuestro favor para sustentar tal afirmación es la tendencia que a manera de estadística refleja el contenido más consumido.

La viralización ha generado la aparición de personas cuyos “estilos de vida” son tomados como como ejemplos que de una u otra forma guían la escogencia de la apariencia física, el lenguaje, los gustos y hasta el comportamiento.

A pesar de la capacidad de asociación que poseen los niños, su habilidad para filtrar la información no es la misma que puede poseer un adulto. En muchas ocasiones si no hay una correcta orientación, pueden adoptar ejemplos realmente incorrectos aunque virtualmente aparenten ser los correctos.

Ayudar a los niños en desarrollo de tal capacidad a través de la correcta asociación de acciones y consecuencias es el método más efectivo para ello, más allá de la aparente “perfección” y “felicidad” que puedan observar en imágenes y videos en una red social.

El valor de dar un buen ejemplo, ejemplo de valores

Hay un sinfín de campañas para concientizar y promover valores cuya intencionalidad y concepción son institucionalmente correctas. Pero su impacto se ve mermado por la fuerza contraria ejercida por la abierta promoción y apoyo de la práctica de antivalores.

Podemos citar ejemplos prácticos para comprender el tema. Es común escuchar a los niños decir: “lo digo porque tú lo dices”, “lo hago porque tú lo haces”, “eso no fue lo que dijiste”, “eso no fue lo que hiciste”, entre otras. Por otro lado también se observan afirmaciones como: “Si lo dice, lo cumple”, “sé que lo hará”, «lo hiciste», «lo cumpliste».

Frases como esta son claros indicadores para medir el valor que representa el ejemplo. A su vez también determinar si somos o no ejemplo de los valores que enseñamos y demandamos.

Buen ejemplo madre e hija

Siendo ejemplo aún en el error

Parece descabellado decir que se puede ser ejemplo en el error. La intención de ello no es fomentar el error para la enseñanza y el aprendizaje, sino fomentar el aprendizaje cuando erramos.

Debemos enseñarle a los niños que siempre existirá la posibilidad de cometer errores. En sus errores podemos ayudarlos a reconocerlos, aceptarlos y enmendarlos y a desarrollar capacidades como resiliencia y tolerancia a la frustración.

De lo que se exige a los niños, se debe ser ejemplo

¿Exigimos honestidad? Demostremos honestidad.

¿Exigimos responsabilidad? Demostremos responsabilidad.

¿Exigimos paciencia? Demostremos ser pacientes.

¿Exigimos amor? Demostremos amor.

¿Exigimos tolerancia? Demostremos ser tolerantes.

Podemos hacer una larga lista de exigencias pero para todas ellas la mejor recomendación será siempre dar un buen ejemplo.

El gran aporte de la fe

Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará. Proverbios 22:6 DHH

Lic. Freddy A. Díaz R.

Psicólogo Clínico, Capellán

Solicitud de citas para consultas personales, escribir al correo freandiro33@gmail.com

2 comentarios en «Dar un buen ejemplo es la mejor guía del pensamiento y la conducta»

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